¿Por qué sube el precio de la luz?

Tras las constantes subidas del precio de la luz en los últimos meses, es normal que muchos consumidores teman la llegada de su factura. Y es que justamente es en invierno, con la llegada del frío, cuando hacemos un mayor consumo energético.

En la última década la factura de la luz ha aumentado casi un 70%. Mientras que en el año 2006 una familia media pagaba alrededor de 50 euros cada mes, hoy paga unos 80 euros por la misma cantidad de energía. Y las previsiones apuntan a que seguirá incrementándose en los próximos años.

Pero, ¿por qué sube el precio de la luz? ¿Qué es lo que lo causa y cómo podemos anticiparnos para evitar que nuestra factura se convierta en un monstruo?

Motivos por los que sube el precio de la luz

El precio de la luz se fija a diario en una especie de subasta. En ella, las comercializadoras compran la energía para sus clientes y el precio se establece en función de la oferta y la demanda de energía. Se realiza una previsión de cuánta electricidad se consumirá en cada una de las horas del día siguiente y para cada hora se cubre la demanda con las ofertas más baratas, aunque es el precio de la tecnología más cara la que decide el precio final. De esta manera, el precio de las centrales de gas y carbón es lo que suele marcar lo que pagamos en nuestra factura.

Pero no es el único factor que influye en el coste de la electricidad, sino que además existen otros que escapan a nuestro control.

1. Un clima poco favorable

La escasez de viento y de lluvia afecta directamente a la producción energética. La generación de energía hidroeléctrica y eólica se frenan y deben ponerse en marcha centrales dispuestas a producir energía pero por un precio mayor.

2. Encarecimiento de materias primas

Las materias primas que son necesarias para la producción de electricidad se encarecen cuando llegan las olas de frío y las lluvias son poco frecuentes. Por esta razón, si aumenta el precio del gas, del carbón o del petróleo, lo normal es que nuestra factura de la luz sea más cara. Subidas que muchas veces son artificiales. Por ejemplo, el pasado noviembre se produjo un acuerdo en la OPEP que ha hecho subir el precio del petróleo.

3. Picos de consumo

No podemos negar que hay determinadas épocas del año en las que el consumo de energía es mayor. El ejemplo más evidente es el invierno. Durante los meses más fríos, nuestro consumo de electricidad aumenta significativamente debido a la calefacción, lo que da lugar a picos  de demanda. Pero también sucede en verano, cuando ponemos el aire acondicionado para refrescarnos. El consumo se dispara y el precio de la luz se encarece. Por ello es importante asegurarse de tener la tarifa más adecuada a nuestras necesidades: de baja tensión para casa y de media tensión para empresas y negocios.

4. Exportación energía

Cuando la demanda aumenta, los precios suben. Por ejemplo, Francia ha paralizado recientemente 20 de sus 58 centrales nucleares por motivos de seguridad. Centrales que producen casi el 80% de su electricidad. Para no quedarse sin suministro, se ha visto obligada a importar electricidad de otros países, como España.

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