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El gasto de electricidad representa un alto porcentaje de los costes totales de una empresa. En algunos casos mucho más alto que el resto. Por eso, es importante que sepas que es posible reducirlo revisando algunos puntos de la factura de la luz. A continuación te explicamos cómo ahorrar electricidad en una empresa.
Tarifa de acceso
Es importante tener una tarifa adaptada a las necesidades reales de la empresa. Por lo general, las empresas con un tamaño medio grande suelen tener una potencia contratada de más de 15 kW y un suministro de baja tensión. Siendo la tarifa más habitual la 3.0 A, dividida en tres periodos.
Potencia eléctrica recomendada
La cantidad de kW que se deben contratar irán en función de los aparatos y máquinas eléctricos que conectemos al mismo tiempo. Se encuentra reflejada en el Boletín Eléctrico o certificado de la instalación. Esto quiere decir que es la potencia límite que es capaz de soportar nuestra instalación dentro de unas medidas de seguridad.
Al tratarse de un coste fijo, es fundamental tenerlo en cuenta, ya que podemos ahorrar dinero si bajamos la potencia. Eso sí, no es conveniente hacerlo si vamos a necesitarla, ya que si superamos la potencia contratada en más de un 5%, la comercializadora empezará a penalizarnos con el doble de la diferencia entre el registro anotado y el límite establecido. Únicamente podemos reducir la potencia si estamos seguros de que tenemos contratada una superior a nuestras necesidades.
Precio de consumo de electricidad
Por lo general, las empresas tienen un consumo eléctrico elevado, por lo que es fundamental encontrar la tarifa que mejor se adapte a las necesidades de la empresa y que al mismo tiempo ofrezca el mejor precio en términos de consumo. También es importante tener una buena gestión energética en la empresa. Tras la liberalización del sector eléctrico, los usuarios disponen de muchas más opciones tarifarias de electricidad en el mercado español para elegir.
Piensa que se trata del concepto de mayor importancia dentro de la factura de la luz de una empresa. En función de término de energía, podemos encontrar dos tipos de tarifas:
- Precios fijos: se trata de la modalidad más frecuente en fábricas con consumos altos. La distribuidora ofrece un precio fijo, independientemente de la situación del precio de la electricidad en el mercado. Evidentemente este coste no se encuentra sujeto al precio del mercado diario para que la empresa no corra demasiado riesgo por ser bajo.
- Precios planos: el importe total de la factura es el mismo todos los meses, por lo que se evitan sorpresas en aquellas épocas en las que hagas un mayor consumo. La comercializadora se ocupa de realizar un estudio personalizado para analizar el uso real de la empresa durante todo el año.
- Precios indexados: es la modalidad más transparente, ya que la empresa solamente paga el precio de la electricidad en el mercado pool, agregando un coste de gestión que el cliente conoce previamente. La mayor ventaja es que cuando está bajo el mercado, se paga menos. Además, en ningún caso se paga más cara la electricidad con esta modalidad a lo largo del año.
Estamos seguros de que si echas un vistazo a tus facturas y compruebas estos datos, podrás realizar modificaciones para reducir considerablemente el coste del suministro al final del mes. Y en el caso de que todo se encuentre adaptado a las necesidades de tu empresa, sabrás que estás pagando lo necesario.