No cabe duda de que funcionamiento del sector energético actual no termina de funcionar como es debido y prueba de ello son dos de los importantes problemas que actualmente acechan al sector. Por un lado, el precio de la electricidad, que en el segundo trimestre de 2018 ha sido el más caro de la última década, y por otro lado las emisiones de CO2, que han experimentado el mayor aumento interanual de los últimos 15 años.
El Ministerio para la Transición Ecológica anunciaba el pasado 9 de julio que iba a remitir el Avance del Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del año 2017 a la Comisión Europea. Datos preliminares que revelaron que las emisiones de CO2 habían alcanzado las 328,8 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 4,4% con respecto a 2016. El mayor aumento interanual vivido en España desde el año 2002. Lo cual está muy relacionado con el aumento del 18,8% de las emisiones procedentes de la producción de electricidad en centrales de carbón y ciclos combinados (gas natural) y a la caída de casi la mitad de la producción hidráulica. Aunque también contribuyerina este aumento el sector industrial (+3,2%), el transporte por carretera (+2,5%) o la agricultura (+2,9%). En contraposición, los principales descensos se registraron en el sector residencial (-2,8%) y en el uso de gases fluorados (-17,2%).
No obstante, no es el sector de la electricidad el que más emisiones produce, sino que el palmarés se lo lleva el transporte, con un 26%. La electricidad genera un 21% de emisiones, seguida de las actividades industriales con un 19% y la agricultura con un 10%. Siendo las emisiones de CO2 las que representan el 81% del total de los gases de efecto invernadero, seguido del metano con un 11%.
En cuanto a los sumideros de carbono, las emiciones absorbidad han bajado un 4,8%, en gran medidad gracias al descenso del efecto de las repobalciones sovre el aumento de biomasa forestal y a un considerable aumento de las emisiones derivadas de los incendios forestales.
Obviamente, se trata de un balance muy negativo, lo que hace necesaria una mayor penetración de las fuentes de energía renovable para que España pueda seguir arrojando buenos resultados a su trayectoria de emisiones de CO2. Se hace necesario realizar una buena planificación para mantener unos óptimos resultados. Por eso, el Ministerio de Transición Ecológica ya ha empezado a trabjar para que en el año 2020 las emisiones de CO2 se hyan reducido en un 20% con respecto al año 1990, lo que traducido a cifras actuales equivaldría a un 45%.