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La energía reactiva quizá sea una de las menos conocidas, pero sí que resulta muy importante para calcular el gasto energético en nuestros hogares y empresas, así como para averiguar qué utensilios o electrodomésticos gastan más luz. Si quieres saber en qué consiste, sigue leyendo.
Energía reactiva: definición y características
La energía reactiva corresponde y se asocia a aquellos aparatos que precisan de un motor, bobina, transformador u otro tipo de pieza para funcionar. Al encender este tipo de aparatos es cuando se consume este tipo de energía.
Así pues, esta energía se crea y es resultado de la activación de las lámparas, los ascensores y sus engranajes, los motores y otros productos. Las bobinas y piezas de estos utensilios precisan de una corriente alterna para producir su actividad. Al activar más mecanismos que la precisen, el gasto total de la factura de luz aumentará.
Si bien la energía activa transforma su trabajo en calor y se mide en kWh, la energía reactiva:
- No produce ningún trabajo útil en sí misma: no se consume ni sirve para calentar, pues es resultado del movimiento de los mecanismos internos de la máquina que la precisa.
- La medida para cuantificarla es el kVArh (kilo voltio-amperio reactivo hora).
- Está asociada a los aparatos que precisan de una bobina para funcionar, es decir, aquellos que funcionan con motores o transformadores y con corriente alterna.
Este tipo de energía requiere una instalación eléctrica mayor a lo habitual, sobre todo en empresas y negocios con muchos aparatos eléctricos en uso. En sí mismo, el consumo de esta energía no produce ningún valor útil, pero sí requiere una serie de procedimientos y gastos por parte de la compañía distribuidora.
Penalización por consumo de energía reactiva
El cobro de la energía reactiva es una penalización en sí mismo, pues como hemos comentado, requiere una serie de gastos para la compañía distribuidora. Estos están relacionados con su transporte:
La energía reactiva no se tiene que producir, pero su consumo está basado en un ir y venir de la red unas 50 veces por segundo. Este movimiento provoca variaciones en la intensidad eléctrica de los circuitos, y desencadena una sobrecarga en las líneas transformadoras y generadoras. En otras palabras: esta energía no produce un trabajo útil y es necesario neutralizarla o compensarla.
Esto implica que las compañías distribuidoras deban hacer lo siguiente:
- Aumentar la inversión en sus equipos de generación.
- También aumentar la capacidad en sus líneas de distribución.
- Subir la capacidad en los transformadores utilizados para su transporte y su transformación.
¿Cómo compensar o reducir el gasto por energía reactiva?
Este tipo de energía se cobra en las facturas que van pautadas por tarifas 3.0, 3.1 o 6.x. Para reducir el consumo de esta energía y disminuir el coste total de la factura de la luz, se recomienda a los clientes instalar baterías de condensadores de potencia, evitando solicitarla a la red eléctrica y los requerimientos a la compañía distribuidora.