La apuesta por el desarrollo de la energía renovable ha hecho que muchos soñemos con un mundo en el que toda la energía que usemos en un futuro no muy lejano provenga de fuentes renovables. Un objetivo que ha ido cobrando fuerza en los últimos años gracias a la mejora en la competitividad de las energías renovables y al aumento de la concienciación por el cambio climático y el desarrollo sostenible.
Sin embargo, llegar a una sociedad con energía 100% renovable que pueda olvidarse para siempre de los combustibles fósiles y de la energía nuclear no es una solución realista de momento. Y es que son muchos los obstáculos y retos que presenta el sector a la hora de incrementar el porcentaje de penetración renovable y la solución a la mayoría de ellos todavía no está cerca.
Para reducir los gases contaminantes, es imprescindible encontrar nuevos sistemas que ayuden a generar energías renovables. Actualmente, nuestros sistemas eléctricos están basados principalmente en la quema de combustibles fósiles. Sistemas que deben garantizar en todo momento que la energía que se produce es la misma que la que se consume. Los generadores responden de manera instantánea y coordinada ante cualquier mínima variación que se experimente en nuestras fábricas, hogares y oficinas, lo que hace que no sea un buen candidato para reemplazar los generadores convencionales, que sí son capaces de producir lo que se necesita.
Además, también es necesario mantener los niveles de tensión en cada punto del sistema eléctrico. El parámetro por el que podemos controlar la tensión es lo que se conoce como potencia reactiva, que es la parte de la potencia asociada a los campos magnéticos. Si la tensión baja en el punto de la red e inyectamos potencia reactiva, lograremos restablecerla en el valor adecuado, e igual de la forma contraria.
Así pues, para poder sustituir los generadores convencionales, deben ser capaces de hacer justo lo mismo en el mismo tiempo de respuesta. Es cierto que los aerogeneradores son capaces de controlar la potencia-frecuencia a través del giro de las aspas para tomar más o menos energía del viento, pero no contribuyen a la respuesta inercial coordinada que dan los generadores síncronos convencionales. Actualmente se está trabajando en el desarrollo de mecanismos de emulación de la respuesta inercial cuyo objetivo es imitar este comportamiento, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer hasta que podamos ver la contribución por parte de este tipo de sistemas.
Por otro lado, también queda ver cómo solucionar la intermitencia de la energía. El almacenamiento energético no es un desafío en cuanto al tipo de soluciones necesarias, sino en cuanto al precio de las mismas en la escala que se requiere. Las baterías todavía tienen un precio muy alto y una vida útil reducida. Por eso, con el estado actual de la técnica, las instalaciones de generación y almacenamiento energético necesarios para conseguir un suministro de energía 100% renovable serían económicamente inviables de momento.