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A quién más y a quién menos le han facturado la luz en base a lecturas estimadas alguna vez. Esto no significa que el consumo no sea el adecuado, sino que no ha sido posible contabilizar la cantidad real de electricidad del consumidor por diversos motivos.
A continuación, veremos en qué consiste este tipo de lecturas y en qué casos puede llegar a beneficiar o a perjudicar al usuario.
¿Qué es una lectura estimada de la luz?
Una lectura estimada de la luz sucede cuando los operarios o técnicos no encuentran a nadie en un domicilio donde deben leer el contador de la luz y, por tanto, no pueden realizar dicha lectura.
De esta manera y ante la necesidad de una cifra con la que facturar el consumo al usuario, la compañía lleva a cabo una lectura estimada. Esta es, en definitiva, una media de los históricos de consumo contando desde la última factura remitida al cliente.
Este tipo de situaciones solía suceder con más frecuencia hace algunos años, debido a la presencia de los contadores dentro de los domicilios privados. Sin embargo, actualmente cada vez más edificios los instalan en la escalera comunitaria, facilitando la accesibilidad a los técnicos de las compañías de luz.
De hecho, a partir del 1 de enero de 2019, todos los contadores de nueva instalación empezaron a ser digitales por obligación. Asimismo, su uso y lectura están integrados en una red aplicada por la distribuidora, permitiéndole el acceso a los datos de sus clientes en la nube, sin necesidad de visitar domicilios.
¿Cuándo me puede beneficiar o perjudicar una lectura de luz estimada?
Las lecturas estimadas, habitualmente, no benefician al consumidor de electricidad. El motivo es muy sencillo: el resultado no corresponde a su gasto real de luz, sino a lo obtenido mediante un cálculo medio de determinados meses.
¿Qué sucede si, excepcionalmente, el usuario ha consumido más luz los últimos dos meses? Evidentemente, este deberá pagar más de lo que le correspondería por gasto real debido a que esa media se ha visto afectada a la alza en su cálculo de la estimada.
No obstante, podría suceder lo mismo a la inversa. Eso sí, estos casos son los menos, por no decir que prácticamente no suceden. Ya que lo más frecuente es que la media sea mayor a la cantidad total de luz consumida un mes determinado.
Por este motivo, todas las compañías, ya sean distribuidoras o comercializadoras, recomiendan evitar las lecturas estimadas. De esta manera también se evitan los gastos administrativos provocados por reclamaciones y devoluciones que los usuarios reclaman cuando vuelve a tener una factura con gasto real de electricidad.
¿Cómo evitar una lectura estimada de la luz?
Para evitar las lecturas estimadas, lo más recomendable es facilitar el consumo del contador de luz a los técnicos y a la compañía. Si por casualidad no se está en casa cuando este pasa, se puede solucionar de forma sencilla.
Muchas distribuidoras y comercializadoras permiten enviar una fotografía o un mensaje con lo que aparece en el contador en un lapso de tiempo concreto. De esta manera, el usuario aún está a tiempo de contabilizar su consumo real de luz.
Por suerte para muchos consumidores, actualmente las lecturas estimadas suceden muy poco debido a lo que comentábamos antes sobre los contadores digitales de uso y aplicación obligados.
No obstante, para quienes aún se vean afectados por esta realidad, siempre va bien recordar que contra más información tenga la compañía que da el suministro de electricidad al hogar, más concreta y detallada será la factura.