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Uno de los objetivos de Atlas Energía como comercializadora y partner de electricidad para empresas es ayudar a nuestros clientes a entender cada concepto de la factura de la luz para que aprendan a controlar y optimizar sus gastos de energía.
En ocasiones, saber leer correctamente la factura de la luz resulta algo complicado, pero en el caso de la electricidad para empresas, especialmente aquellas que tienen instalaciones de alta tensión, la tarea puede convertirse en un verdadero reto digno de medalla. Seguro que alguna vez has oído hablar de energía reactiva o incluso has visto reflejado este término en la factura de tu negocio. ¿Sabes qué es, cómo influye en tus consumos de electricidad y cómo puedes compensarla para obtener ventajas económicas y técnicas? ¡Te lo contamos!
¿Qué es la energía reactiva en la electricidad?
Tensiones sinusoidales, armónicos, efecto Joul, sobrecargas… desde el punto de vista de un ingeniero o un técnico electricista, la energía reactiva tiene que ver con todos estos términos, pero ninguno de ellos nos ayuda a comprender su significado y su utilidad. Desde Atlas Energía, vamos a familiarizarte mejor con este concepto.
La energía reactiva es la demanda extra de energía eléctrica que necesitan algunos aparatos para crear campos magnéticos y eléctricos necesarios para su funcionamiento, como son todos los equipos con bobina, motores de maquinarías, transformadores, fluorescentes y bombas. La mayor parte de las cargas industriales producen este tipo de energía conjuntamente con la energía activa y esto hace que el total de energía solicitada a la red eléctrica aumente y se refleje finalmente en la factura de la luz como coste adicional.
Hablamos de coste adicional porque la energía reactiva se diferencia de la energía activa en varios aspectos:
- La energía activa se transforma íntegramente en trabajo o en calor, la reactiva no se consume ni sirve para calentar.
- La energía reactiva se asocia solo a aquellos aparatos que para su funcionamiento precisen de una bobina alimentados en corriente alterna (la intensidad cambia de sentido de circulación, esta va y viene de nuestro consumo a la red 50 veces por segundo).
- La energía activa se mide en kWh, la reactiva en kVArh (kilo voltio-amperio reactivo hora).
- El consumo excesivo de energía reactiva se penaliza con unos recargos en la factura de la luz de acuerdo a la legislación vigente.
Entonces cabe preguntarse: si la energía reactiva no se consume ni produce un trabajo útil, ¿por qué pagamos por ella? Vamos a contestar a esta pregunta analizando los efectos de la misma tanto a nivel técnico como económico.
Efectos de la energía reactiva
Si bien es verdad que la energía reactiva no hay que producirla, sí hay que transportarla, ya que como hemos comentado anteriormente va y viene de nuestro consumo a la red 50 veces por segundo. Este trabajo se traduce en un aumento de la demanda eléctrica con los siguientes efectos:
- Pérdida de potencia útil de las instalaciones y menor rendimiento de las mismas
- Caídas de tensión, calentamiento de los cables
- Transformadores más recargados.
- Perturbaciones en la red eléctrica
- Sobrecarga en las líneas de transformación y generación
Esto hace que las compañías distribuidoras de electricidad para empresas que necesiten utilizar energía reactiva, tengan que tener una capacidad de distribución mayor, hacer una inversión mayor para optimizar las instalaciones eléctricas y tener unos costes que finalmente se trasladan a la factura de la luz.
Así que si quieres evitar que tu gasto de luz suba como la espuma y tu objetivo es conseguir un ahorro energético, te recomendamos optar por la compensación de la energía reactiva. Aquí te contamos todas sus ventajas.
Ventajas de la compensación de energía reactiva
Compensar la energía reactiva ayuda a tu empresa a obtener ventajas económicas y técnicas. Entre ellas:
- Aumentar la capacidad de las líneas y transformadores instalados.
- Mejorar la tensión de la red.
- Disminuir las pérdidas de energía.
- Conseguir una reducción en el coste global de la energía
Para conseguirlo, es necesario utilizar equipos diseñados para neutralizar la energía reactiva como por ejemplo las baterías de condensadores. Estos aparatos facilitan la estabilización y calidad del suministro, además de optimizar el dimensionamiento y el rendimiento de las instalaciones eléctricas. De esta manera disminuye la energía reactiva demandada de la red de alimentación y mejora la eficiencia energética.
Lo que está claro es que sin medida no hay optimización, si no tenemos un control sobre el consumo de la energía reactiva no podemos emprender acciones correctoras. Por esa razón, y pensando en lo vital que es el gasto energético para las empresas, en Atlas Energía hemos desarrollado el sistema Atalaya System Report, un programa de gestión avanzado que permite controlar los excesos de potencia y de energía reactiva. Contando con un sistema de avisos que detecta el exceso de energía reactiva en el momento que se produce (averías del equipo, descompensaciones) posibilitando tomar medidas correctoras que evitarán el pago de penalizaciones y cualquier avería que pueda traducirse en un sobrecoste de consumo.
¿Ya te has familiarizado con la energía reactiva? Si necesitas ayuda para administrar y optimizar la energía de tu empresa, Atlas Energía es tu aliado. Te proporcionaremos toda la información que necesitas de la manera más rápida y eficiente para que empieces a ahorrar en tu factura de la luz y a maximizar tus beneficios.
En el próximo artículo os daremos algunas claves para el ahorro energético en las empresas. ¡Síguenos en las redes para estar informado!