Uno de los motivos por los que el liderazgo del petróleo se ha visto cada vez más cuestionado es por el rápido aumento de los recursos de energía renovable, que ahora están a punto de convertirse en fuentes de energía más baratas a la hora de producir electricidad. Según un reciente estudio llevado a cabo el pasado mes de julio por Bernstein, el coste de la producción de electricidad mediante energías renovables ha ido reduciéndose en los últimos tiempos, tanto en energía eólica como solar y marina. Esto quiere decir que la electrificación de las economías mundiales será mucho más sencilla.
Conclusiones parecidas se extrajeron de un estudio llevado a cabo en marzo de este año por el Instituto Fraunhofer para Sistemas de Energía Solar alemán. Según estos datos, la energía solar fotovoltaica y la energía eólica ya son las mejores opciones en lo que respecta a los costes nivelados de la energía. En el caso de la energía eólica marina las previsiones son alentadoras, con costes que van disminuyendo conforme avanza la tecnología y se realizan inversiones a gran escala. En alta mar el viento tiene mayores factores e capacidad debido a los vientos marinos, que son más constantes y persistentes.
La capacidad eólica a nivel mundial ya alcanzaba los casi 55 GW a finales de 2017 y, desde entonces, ha ido creciendo de maneta constante, mostrando algunos signos de desaceleración incluso aunque hayan desparecido o se hayan reducido algunas subvenciones.
Por su parte, la capacidad solar no alcanzó cotas tan altas ni ha conseguido llegar a las cifras de hace una década. No obstante superó el hito de los 400 GW a finales de 2017, mostrando un enorme potencial de crecimiento, más incluso que la energía eólica. Tanto es así que incluso países que hasta ahora no habían invertido en energía solar se están planteando hacerlo. La energía solar autónoma sin conexión a la red que hasta hace poco resultaba muy costosa y poco practicada proporcionará en un futuro cercano electricidad confiable, limpia y sostenible a aquellas poblaciones que no tienen acceso a la electricidad de la red, pudiendo iluminar hasta 1.000 millones de personas de todo el mundo.
En cambio, la energía sola concentrada ha perdido impulso debido a la dramática reducción de costes en los precios de los módulos fotovoltáicos. No obstante, podría experimentar un renacimiento potencial por la opción que ofrece de aprovechar el almacenamiento térmico, lo que la está convirtiendo en una característica muy apreciada que no posee la energía sola fotovoltaica.
Además, cabe destaca que las energías renovables están consiguiendo avances muy interesantes a nivel distribuido, sobre todo en forma de paneles solares en las terrazas, cada vez más populares en zonas soleadas con tarifas minoristas muy altas y un gran porcentaje de viviendas unifamiliares con techos grandes, como ocurre en Alemania y en Australia.
Gracias a la caída del coste de almacenamiento, los usuarios podrían convertirse en prosumidores, lo que les daría la flexibilidad necesaria para decidir cuándo y cómo generar, almacenar o usar la energía, incluso comerciar con sus vecinos.