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¿Qué es una materia prima energética?
Las materias primas energéticas son los recursos que la naturaleza brinda y con los que podemos adquirir o producir energía para realizar actividades en el hogar o en las industrias. Las materias primas pueden clasificarse en:
- Renovables: aquellas que la naturaleza va generando periódica, diaria o cíclicamente. Dentro de esta clasificación se encuentran el viento, el agua, el sol y un largo etcétera.
- No renovables: aquellas que se encuentran bajo tierra y que tienen su origen en la degradación y evolución de fósiles. En esta clasificación se encuentran el gas natural, el gas butano, el carbón y el petróleo.
- Otros: energía nuclear.
¿Qué se produce con las materias primas energéticas?
Como ya se ha comentado, las materias primas energéticas se utilizan para producir diversos tipos de energía. Cada uno de estos tipos está destinado para diversos o similares usos, los cuales van variando en función del costo y de la necesidad.
De esta manera y gracias a estas energías, se produce el funcionamiento de maquinaria industrial, electrodomésticos, vehículos, luces y alumbrado urbano, equipamiento urbano, mobiliario vecinal y un largo etcétera. Dicho de otra manera, tanto luz, agua como cualquier otro tipo de energía.
Los ciudadanos disponen de una gran oferta de servicios energéticos que existen gracias a este tipo de materias primas y su uso. No obstante, también suponen una serie de pros y contras en función de cuál materia prima elija la comercializadora para basar sus servicios.
¿Qué suponen sus precios para la economía?
Más que las materias primas en sí, lo que sí afecta sobre la economía general son los precios de coste para su obtención y los valores que el mercado de producción les atribuya. Dicho de otra manera, en función de cuánto cueste y de cuánto paguen la economía subirá o bajará.
El motivo es muy sencillo: si las materias primas cuestan más de producir, las productoras y comercializadoras de energía pagarán más por ella, algo que afectará directamente al precio final de la energía y, por ende, a la economía de la población.
Las productoras pagarán más para poder fabricar la energía eléctrica, por ejemplo, y esto repercutirá al precio de venta para las comercializadoras. Éstas, por su parte, deberán aumentar el precio final de sus tarifas para los clientes, y estos se verán obligados a pagar más.
Así pues, de una forma u otra, el precio de las materias primas influirá en la economía social y del país ya que gracias a ellas, la población, los negocios y todos los sectores pagarán más o menos para llevar a cabo sus actividades.