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Año tras año, el precio de los suministros de energía (agua, luz, gas,…) van variando sus cifras en función del estado del mercado, de los costes de producción y distribución y de otras muchas variables.
Como ya comentábamos hace algunos días en otro artículo del blog de Atlas Energía, el panorama eléctrico español e ibérico, incluyendo a Portugal, ha visto como sus precios y tarifas se veían exponencialmente aumentadas.
De hecho, ya en junio de 2017 los precios de electricidad subieron provocando muchas protestas por parte de consumidores, pues no son cifras aptas para todas las economías de hogar. No obstante y debido a la sequía del territorio ibérico, la luz de Portugal y España ha vuelto a subir hace poco más de dos meses.
Razones de la subida de la luz en España
Averiguar los motivos por los que la luz ha subido su precio nuestro país no es complicado. El mercado va cambiando, como habitualmente sucede, en función de los costes de producción, la relación oferta – demanda y otras muchas variables.
En el caso concreto de este año, de 2017, los cambios en el tarifario eléctrico de los hogares, comercios e industrias españolas vienen ocasionados por los siguientes motivos:
1 – El tiempo no está a favor
La previsión metereológica del 2017 no ha sido del todo favorable. Las lluvias no han sido abundantes y el viento tampoco ha soplado lo suficiente. Esto ha provocado que los pantanos se encuentren bajo mínimos y, por ende, la escasez de agua sea notable.
A raíz de esto, las centrales hidroeléctricas producen menos energía y ésta, a su misma vez, acaba siendo más costosa de producir. Asimismo, las energías renovables también se han visto perjudicadas por ello.
Al llover menos y al haber menos viento, la producción de energía eólica e hidráulica ha sido menor y esto ha favorecido el aumento de los precios de la luz. Pues, pese a que no es muy conocido, las energías renovables reducen el precio de la electricidad.
2 – La demanda de electricidad también ha aumentado
Las olas de frío que han azotado España a lo largo de este año han provocado que aparecieran picos de alta demanda de electricidad. Esta necesidad de los usuarios involucra que más tecnologías tengan presencia en el mercado eléctrico para poder producir la luz suficiente para todos.
Estas tecnologías, al ser las últimas en entrar en el mercado, son más caras que las anteriores, provocando que el coste de producción y el precio final de la luz en el mercado mayorista aumente.
3 – Los combustibles fósiles han subido su precio, también
Hoy por hoy, la mayor parte de la electricidad que se consume en nuestro país está producida con gas, carbón y agua. Los dos primeros, el gas y el carbón, son combustibles fósiles, los cuales también han visto subir sus precios.
Esta subida de precios ha comportado que, una vez más, los costes de producción sean mayores y, por ende, el precio de fábrica de la electricidad sea mayor. En definitiva, esto implica un aumento evidente del precio final y de distribución de la luz por parte de las comercializadoras hacia el consumidor final, los usuarios, los hogares.
4 – La parada de la producción nuclear en Francia
Francia es el país vecino de la península ibérica. Su proximidad no sólo resulta territorial, física, también económica y energética.
El país galo obtiene el 75% de su electricidad a partir de fuentes nucleares, sin embargo actualmente estas centrales francesas se encuentran paradas debido a distintos motivos. Esto ha provocado que las comercializadoras de electricidad francesas deban comprar energía a otros países, como por ejemplo España.
Así pues, España se ha convertido en una de las fuentes de electricidad para Francia. Algo que también ha provocado que nuestro país no esté importando energía más económica desde el país vecino. Todo ello ha encarecido, aún más, la electricidad restante española.
El panorama eléctrico actual ha acabado siendo bastante complicado para todos. Por su parte, las comercializadoras lo han tenido difícil debido al arduo trabajo de encontrar una tarifa adecuada tanto para tener beneficios, como para ser justos con los clientes.
Y por otro lado, los clientes también tienen dificultades para afrontar el precio de las comercializadoras, pues no siempre son facturas aptas para ellos, pese a las ofertas y promociones.
Afortunadamente, las condiciones y motivos comentados pueden variar para positivo. Esto llevaría a que los precios se volvieran a regularizar a la baja, dando una alegría a más de un cliente y comercializadora.