La inversión en energía limpia en los primeros en lo que llevamos de año en todo el mundo ha sido de 138.200 millones de dólares, lo que supone un 1% menos que en el mismo periodo en el año 2017. Sin embargo, durante el segundo trimestre de 2018 se ha registrado un aumento con respecto al año pasado de un 8%, lo qu equivale a 76.700 millones de dólares. Un contexto con no solamente se está viviendo a nivel mundial, sino que a España en concreto le ha traído una inversión de 1.500 millones, haciéndole recuperar el impulso inversor con un incremento del 652%.
Si nos centramos en cada tipo de energía de manera individual, podemos apreciar que, por un lado, se está viviendo una gran presión en la energía solar debido a los cambios en la política china, lo que ha hecho caer la inversión; y por otro un resurgir de la energía eólica y de las tecnologías energéticas inteligentes, como el almacenamiento y los coches eléctricos, que claramente están por encima de los niveles que se veían por estas fechas en 2017.
Según datos de un reciente estudios llevado a cabo por BNEF, los primeros seis meses de 2018 no trajeron buenas noticias para la energía solar, cuya inversión se redujo en casi un 20% en comparación con el mismo periodo en 2017. Lo cual tiene mucho que ver con el hecho de que los costes de instalación sean más bajos, por lo que hay menos dólares gastados por megavatio instalados, y por el enfriamiento en el boom solar de China. Por su parte, la energía eólica ha crecido en un 33% y las tecnologías inteligentes un 64%. Un salto que se ha producido gracias al flujo de financiación de grandes proyectos desde Estados Unidos a Taiwan y desde la India a los Países Bajos y Noruega.
En cualquier caso, hay que decir que la energía eólica no es la única energía limpia que ha crecido considerablemente en los primeros seis meses de 2018. El incremento de la inversión por parte de las empresas especializadas en las tecnologías inteligentes de energía también ha experimentado un fuerte crecimiento debido a los acuerdos de fabricantes chinos.
En contraposición, los sectores más pequeños de energía limpia, que son las pequeñas centrales hidroeléctricas, la de biomasa y reesiduos, la geotérmica y los biocombustibles, registraron pequeñas operaciones de entre 700 y 1.200 millones. Todas, a excepción de la de los biocombustibles registraron bajadas en comparación con el mismo periodo en el año 2017.
En términos globales, la cifra de inversión total para la energía limpia en todo el mundo ha sido de 138.200 millones en el primer semestre de 2018. Una inversión que ha resultado ser muy desigual, donde hay países que han salido mucho mejor parados que otros. Por ejemplo, España ha conseguido remontar después de cuatro de paralización que trajo el “hachazo” a las retribuciones de las energías renovables. Así pues, actualmente, nuestro país se encuentra en la decimoprimera posición, con un 652% de aumento, lo que obviamente ha sido determinando para el resurgir de las renovables en el continente europeo, que ha visto crecer la inversión en un 8% pese a los importantes retrocesos que han experimentado países como Reino Unido y Alemania.