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¿Sabías que el gasto de luz en la mayor parte de las empresas españolas es más elevado de lo que debería? La potencia contratada y el tipo de tarifa pueden suponer una gran diferencia de gasto realmente importante.
Tarifas de media tensión para empresas
Por eso, el tipo de tarifa más habitual en empresas son las tarifas 3.0 y 3.1, siendo esta una tarifa de media tensión perfecta para empresas. La potencia máxima a tener conectada no se encuentra limitada, sino que se dispone de un medidor que regula la máxima potencia simultánea en cada periodo tarifario, aunque sí penaliza por el término de potencia contratada. En el caso de que contratemos de más, estaremos penalizados por parte del defecto y si contratamos menos de lo que necesitamos seremos penalizados por el exceso.
En dichas tarifas, las empresas disponen de 3 periodos y la potencia puede ser contratada de manera independiente en cada uno de ellos según la demanda de energía, teniendo en cuenta siempre, por imperativo legal, que la potencia contratada del último periodo sea mayor o igual que la del periodo P2 y esta a su vez que la del periodo P1, debiendo estar todos por debajo de 450 kW.
Por eso, elegir bien la potencia de cada periodo es clave para ahorrar en la factura de electricidad y evitar que sea más elevada de lo necesario. Además, es importante contratar el suministro con una comercializadora que ofrezca las mejores tarifas de energía. Y es que, del mismo modo que sucede con las tarifas de Baja Tensión 3.0 A, la potencia a facturar varía en función de la medición de la misma, pudiendo provocar costosos excesos en caso de que la potencia contratada sea inadecuada, pudiendo incurrir en penalizaciones por consumo de energía reactiva.
Qué ofrece una Tarifa 3.1.
La Tarifa 3.1 engloba aquellos suministros cuya potencia contratada es igual o inferior a 450 kW en todos los periodos y el nivel de tensión de la red de alta tensión a la que está conectado es inferior a 36 kV. Se trata de una tarifa de media tensión, aunque en España en realidad se consideran instalaciones de alta tensión.
La alta tensión se usa para transportar electricidad entre largas distancias, desde las centrales en las que se produce hasta los núcleos urbanos, disminuyendo las pérdidas energéticas, y para distribuir en los principales puntos de consumo y zonas rurales.
Bajo este término se encuadra cualquier nivel de alto voltaje a 1.000 V. En las redes de distribución normalmente se usan valores de 20-30 kV y en las redes de transporte sobre 132-220 kV o incluso más, por lo que en determinados lugares la única red disponible para conectarse es la red de transporte o distribución, es decir, la de Alta Tensión. Es el caso, por ejemplo, de algunas aldeas, polígonos industriales, regadíos, fábricas, etc. Incluso, si se necesita una gran cantidad de electricidad, este nivel de tensión es la única opción posible, debiendo contar con un centro de transformación propio para reducir el voltaje para usos como iluminación o tomas generales.