Que podrás encontrar en este artículo:
El invierno y las bajas temperaturas hacen necesarios los métodos o sistemas que permitan atemperar el clima dentro de los hogares. Desde hace muchos años, las estufas llevan siendo el electrodoméstico estrella para ello, uno de los más económicos y más humildes. Aquí te contamos los tipos de estufa que existen.
¿Qué tipos de estufa existen?
En un principio, las estufas más corrientes eran las de fuego, las clásicas de carbón, pero con los avances tecnológicos y de producción, los tipos de estufa que existen son mucho más diversos.
Estufas eléctricas
Las estufas eléctricas funcionan mediante efecto joule, el cual sigue un proceso de energía cinética que transforma los electrones de la corriente eléctrica en calor. Todo ello se lleva a cabo mediante una resistencia que produce calor muy rápidamente.
Estufas de exterior
Este tipo de estufas pertenecen al grupo de estufas eléctricas decorativas. Así pues funcionan de la misma manera que las eléctricas, pero se fabrican con un diseño más estético y ajustable en estatura. Sin dejar de lado su protección a prueba de agua.
Estufas de gas
Este tipo de estufas son las más socorridas, tradicionales y utilizadas por las familias, pues su sistema de funcionamiento es mucho más económico que el eléctrico. Éstas funcionan gracias a bombonas de butano, las que permiten expandir su calor de forma más amplia y eficaz.
Estufas de pellets
Los pellets se caracterizan por ser un combustible vegetal 100% renovable, limpio y muy recomendado para el hogar. Las estufas que funcionan con pelets resultan mucho más caras que el resto, pero las ventajas que ofrecen también son mayores.
El primero va relacionado con el precio del propio combustible: los pellets son uno de los materiales más económicos del mercado. Este tipo de estufas se recomiendan para espacios de entre 30 metros cuadrados a los 100 metros cuadrados, todos ellos con una ventana o sistema de ventilación cerca.
Estufas halógenas
Los tipos de estufa halógenas se recomiendan para zonas o estancias reducidas, pues el calor que emiten se caracteriza por ser directo y de corto alcance. Su sistema de funcionamiento sigue las bases de las estufas eléctricas, pero con el contra de ser aún más exigentes en consumo y, por ende, más caras a la larga.
Estufas de parafinas
Este tipo de estufas se recomiendan, sobre todo, para lugares más pequeños, de entre 20 y 40 metros cuadrados. Como su nombre indica, la parafina es su sustento principal, su combustible. Ésta se puede adquirir en bidones de diverso tamaño.
De este tipo de estufas existen dos tipos, los cuales varían en función de su encendido:
- Estufa de parafina de mecha: su encendido no precisa electricidad ni enchufes, sencillamente un encendedor que prenda su llama.
- Estufa de parafina electrónica: precisan electricidad para ser encendidas. Su potencia es mayor consumiendo menos energía.
Estufas de leña
Este tipo de estufas suelen ser las más escogidas por los amantes de las casas de campo, los hogares clásicos de montaña. Se recomienda para casas grandes y con un buen sistema de ventilación, así como de limpieza, sobre todo para la zona cercana a la estufa.
¿Por qué las estufas son tan accesibles?
Las estufas más utilizadas son las de butano, las que implican el uso de una bombona de este gas para su uso. Esto las convierte en una de las más económicas y duraderas, pues las bombonas de butano puede rellenarse muy fácilmente en estaciones de servicio u otros lugares.
Asimismo, su estructura no posee un coste muy elevado, algo que también implica que sea mucho más accesible y apta para familias cuyos bolsillos deban estar más ajustados. De hecho, los importes habituales suelen ir entre los 30 y los 60 euros por estufa, en función de su potencia calorífica y las marcas.
Si las comparamos con los consumos mensuales de calefacción a gas natural o eléctrica, estos suelen ser más caros o incluso iguales. No obstante, muchas familias prefieren las estufas ya que consideran que son mucho más potentes y mucho más económicas ya no tanto con el coste, sino con el uso de la energía.
Es decir, con las estufas estos individuos calientan una estancia en concreto y no tienen por qué verse obligados a calentar todo el piso completamente, con lo que implica esto a cuestión de costes. En otras palabras: con la calefacción, el usuario debe atemperar todas las zonas y con la estufa no.
Cierto es que muchas zonas pueden no calentarse si se cierran los radiadores, pero la potencia de calefacción gastada sigue siendo la misma y sigue costando igual. Por este motivo y al ser mucho más consciente con el consumo, los individuos utilizan las estufas para economizar en sus consumos.
¿Usted utiliza las estufas durante el invierno? Si es así, ¿cuál es el tipo de estufa que utiliza?