4 claves para el ahorro energético en empresas

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El ahorro energético en empresas de mucho consumo es una consideración fundamental a la hora de disminuir costes globales. En Atlas Energía, cuando suministramos electricidad para empresas, somos conscientes de eso y hacemos todo lo posible por asesorar a nuestros clientes y proporcionarles los servicios que se ajusten a sus necesidades, procurando en todo momento una interacción fluida que nos convierta en su partner.

Para empezar a ahorrar es fundamental contratar una potencia adecuada con unas tarifas energéticas que se adapten al tipo de trabajo que se desarrolla, teniendo en cuenta horarios, turnos, necesidades estacionales, etc. Por esta razón, nuestros clientes inician en Atlas Energía con un estudio pormenorizado donde se optimizan las potencias contratadas a las que realmente se utilizan. En este aspecto, Atlas Energía garantiza una transparencia total en la información a nuestros clientes, como demuestra la plataforma online Atalaya, mediante un seguimiento activo se monitoriza el historial de consumo al mínimo detalle para poder adoptar decisiones estratégicas a largo plazo.

Pero más allá de los contratos concretos que se puedan firmar, hay ciertas iniciativas, en muchos casos muy sencillas y en algunos hasta gratuitas, que las empresas pueden emprender por sí solas y que facilitan la reducción de la factura de la luz. Veamos algunas.

1 Ahorro energético en empresas: la iluminación

Es sin duda una de las variables más importantes de cuantos conforman el gasto en el consumo de luz. Se calcula que de media supone el 50% de la factura para locales comerciales y un 10% para industrias.

Lo primero que debemos tener en cuenta es qué tipo de luminaria usamos en la empresa. Las hay de muchos tipos, cada una con sus características: incandescente, halógena, vapor mercurio, vapor mercurio con halogenuros, fluorescente, fluorescente compacta, vapor sodio de alta y baja presión, inducción y LED. Estas últimas son muy recomendables por su eficiencia, durabilidad y fácil montaje, pero hay que sopesar con detenimiento para qué se necesita la luminaria. En Atlas Energía disponemos de una Oficina de Atención al Cliente que ayudará a tomar la decisión más correcta.

Ahondando en este último aspecto, es fundamental distribuir la intensidad de luz dependiendo de la zona de la empresa y de la labor que se desarrolla en ella. No es lo mismo la que se necesita para un trabajo de precisión (muy alta) que la que requieren las áreas de paso o los baños (baja). Y hablando de distribución, también es importante saber dónde colocar los interruptores y a qué lámparas los asociamos, evitando así dar claridad a zonas innecesarias. En este sentido, es importante concienciar al personal laboral para que siempre apaguen todo al salir o instalar tecnologías como la domótica o el m2m, que se activan o desactivan dependiendo del tránsito en un radio de acción determinado. También es muy útil establecer un programa de mantenimiento, ya que se recomienda limpiar y revisar las luminarias al menos dos veces al año.

Pero más allá de atender a las lámparas, se debe procurar el aprovechamiento de una fuente de luz gratuita: la natural. Es muy conveniente porque reduce la fatiga visual de los empleados al contrastar muy bien los colores, pero también es muy inestable y cambiante, por lo que se recomienda complementarla con la artificial. En todo caso, para sacarle el máximo rendimiento es obligado la continua limpieza de ventanas, pintar las paredes de colores claros y tener siempre diáfanos los puntos de acceso al exterior.

2 Ahorro energético en empresas: sistemas eléctricos industriales

Si comentábamos antes que la iluminación es un coste energético primordial en los locales comerciales, el caballo de batalla de la industria está en los sistemas eléctricos, que suponen nada más y nada menos que entre el 65 y el 80% del consumo total de energía y de entre un 7 y un 25% del total de gasto.

En este caso, es difícil establecer pautas por la cantidad de ramas industriales que hay, cada una con su maquinaria concreta, sus instalaciones eléctricas y sus problemas propios. Desde luego, un primer paso es monitorizar con equipos de medición el consumo de energía para poder identificar los picos de intensidad, sabiendo qué momentos del proceso y qué máquinas suponen un mayor gasto. Así se puede contratar con mayor conocimiento y precisión una tarifa ajustada a las necesidades de la empresa y realizar cambios o sustituciones de piezas o elementos, instalando por ejemplo reguladores automáticos para el control de la temperatura y la presión.

Cambiar los motores eléctricos con más de 10 años de antigüedad también es muy recomendable, ya que consumen un 40% más que uno de alta eficiencia, actualmente son obligatorios en nuevas in en la CE. En general, ya sea para motores, compresores de aire, refrigeradores o cualquier componente industrial, se aconseja adquirirlos con el sello FIDE, porque garantizan un ahorro energético (y por consiguiente monetario) muy considerable.

En el apartado de los compresores es muy importante vigilar las fugas de aire y realizar mantenimiento periódico. Está estudiado que las fugas en aire comprimido suponen unas pérdidas de entre el 20 y el 25% de la potencia del compresor. Es recomendable optar por las nuevas tecnologías en compresores de velocidad variable pues se logran ahorros muy significativos en los consumos eléctricos.

3 Ahorro energético en empresas: los equipos de oficina

Aunque los equipos de oficina apenas suponen entre un 2 y un 5% del gasto energético, nunca está de más establecer pautas para conseguir un mayor ahorro, sobre todo cuando éstas no suponen un desembolso de dinero. Son en su mayoría hábitos que debemos asumir e introducir en nuestro día a día laboral.

En cuanto a los ordenadores, por ejemplo, es primordial programarlos en modo “Ahorro de Energía”, que supone un 37% menos de consumo eléctrico; apagar el ordenador cuando no se va a usar en el plazo de una hora y, para pausas cortas, desconectar la pantalla; y en cuanto a pantallas, las planas consumen menos, igual que los portátiles con respecto a los de mesa.

Las impresoras, fotocopiadoras y cualquier aparato en stand-by hay que apagarlos al abandonar el puesto de trabajo. Esta simple acción nos da un 10% de ahorro.

4 Ahorro energético en empresas: la climatización

Por último, el gasto que conlleva el uso de la climatización en un lugar de trabajo depende mucho del aislamiento térmico del que goce el edificio en cuestión. Elementos constructivos como fachadas, tejados o ventanas pueden ser cambiados o mejorados, lo que propicia un ahorro de hasta el 30%.

Igual que sucede en otros casos, debemos procurarnos la adquisición de equipos de eficiencia energética como las calderas de baja temperatura o las calderas de condensación. En verano, la temperatura debe estar en los 25 grados y colocar el aparato en lugar fresco y en sombra. En invierno, debemos regularlo a 20 grados y asegurarnos también de que los depósitos, calderas y tuberías no tengan fugas.

También es necesario revisar y limpiar el sistema de climatización al menos cada 3 meses, usar sistemas centralizados e instalar termostatos.

En el próximo artículo, reflexionaremos sobre la nueva etiqueta energética. Hasta entonces, no dude en contactar con nosotros.

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