¿Cómo calcular el consumo de luz en casa?

Muchas personas empiezan la temporada preocupándose por el consumo de luz en su hogar. La vuelta al cole de los niños y el retorno a la normalidad después del verano supone pasar más horas nocturnas en casa, con su correspondiente gasto eléctrico. 

El suministro eléctrico de la mayoría de casas y negocios se contabiliza mensual o bimestralmente. Mediante las facturas, los usuarios deben hacerse cargo de su consumo de luz, algo que puede ir variando en función de su responsabilidad respecto a cómo gestionan sus gastos de electricidad.

Antes de entrar en materia y mencionar la manera en que cualquier usuario puede gestionar su consumo de luz, conviene refrescar conceptos. 

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¿Qué es el consumo eléctrico?

En concreto, el consumo de luz es la cantidad de energía que solicita un punto de suministro (la casa del cliente) durante un plazo de tiempo determinado. Es decir, durante un lapso de facturación.

Todas las comercializadoras distribuyen los consumos de electricidad en lo que denominan periodos de facturación. Estos pueden ir, como ya se ha comentado anteriormente, del mes a los dos meses. En sí, este plazo de tiempo no hará que el precio del kW/h varíe, pues este lo determina la comercializadora desde un buen principio. 

No obstante, sí influirá en la cantidad total de dinero que deberá abonar el cliente y la manera en la que este se deberá gestionar sus gastos. Dicho en otras palabras: no es lo mismo una factura que acumula el consumo de tres, dos o un mes.

 

¿Cómo calcular el consumo eléctrico en casa o en la oficina?

En primer lugar, el consumidor de luz debe tener en cuenta que conocer su gasto en energía eléctrica le permitirá saber sus derroches, sus aciertos y los cambios que debe hacer si quiere ahorrar más o modificar su uso. 

Para poder ver de forma más o menos panorámica cuál es el gasto eléctrico de un hogar, el cliente debe coger, como mínimo, las cuatro últimas facturas de su compañía comercializadora. De esta manera, podrá averiguar si dispone de algún descuento o tarifa especial, a qué precio le cobran el kW/h y, sobre todo, si está o no de acuerdo con la cifra que allí figura. 

Para concretar y averiguar cuál es el consumo de luz que realiza de forma concreta, el individuo dispone de las siguientes opciones:

  1. Identificar los aparatos que utilizan luz, conocer su potencia en vatios e indicar cuánto tiempo están encendidos a lo largo de cada jornada. Hay que tener en cuenta que contra más viejo sea el electrodoméstico o aparato, más luz consumirá.
  2. Medir su gasto eléctrico ayudándose de alguno de estos tres métodos:
    • Una calculadora de consumo de luz. Esta herramienta está disponible en la red y calcula la cantidad de energía consumida, teniendo en cuenta las personas que viven en el domicilio y los aparatos que hay. 
    • Un medidor de consumo eléctrico. Proporciona al usuario la cantidad de energía que utiliza en cada momento. Se conoce por ser muy útil para ahorrar luz, llegando al 15% del total de la factura.
    • La fórmula manual que consiste en lo siguiente: potencia eléctrica (kW/h) X tiempo de utilización (horas al día) = energía consumida.

Una vez se tienen los gastos concretos de cada electrodoméstico o aparato eléctrico de la casa, el usuario podrá calcular el consumo mensual de luz de su hogar. Para ello, dispone de dos opciones:

  1. Utilizando la aplicación mencionada anteriormente, en la que le solicitarán los metros cuadrados de la casa, piso u oficina; los electrodomésticos conectados a la red, las personas que conviven en el domicilio y sus hábitos de gasto.
  2. Haciendo la medición él mismo. Sumando los gastos de kW/h mensuales de cada aparato y aplicando la fórmula ya citada.

Tarifas 2.0 de hogar

¿Cómo reducir el consumo de luz en casa o en la oficina?

Si tras el análisis de su gasto mensual de electricidad, el usuario determina que sus facturas son demasiado elevadas o que tiene unos hábitos que no son del todo adecuados a sus objetivos, debe ponerse manos a la obra. 

Para ello, deberá reducir su consumo de luz y revisar la potencia que tiene contratada, pues hay que pensar algo: a menor potencia, menor gasto de luz. Esto también lo habrá podido averiguar con el análisis de sus facturas anteriores que ya se ha mencionado antes. 

En cuanto a la reducción del consumo como tal, lo mejor es optar por el uso de electrodomésticos y productos que contribuyen a ello. Asimismo, también se determinan una serie de pautas y hábitos en función del área del hogar y/o rutinas:

Regular el consumo de luz en la cocina:

  • La colocación de la nevera y del horno influye: estos electrodomésticos deben estar separados. 
  • Aprovechar el calor residual de la vitrocerámica para acabar de cocinar los alimentos. 
  • Optar por programas de “eco” o de bajo consumo para el lavavajillas y la lavadora. 

Regular el consumo de luz con la energía solar/del día:

  • La luz solar es una aliada: aprovecharla, sobre todo si el piso goza de buena iluminación, abriendo las cortinas y las persianas.
  • Poner las mesas de escritorio y los despachos en las zonas mejor iluminadas.
  • Elegir bombillas de bajo consumo.
  • Prender la luz solo en las zonas o habitaciones donde sea necesaria.

Ahorro de luz en/con los electrodomésticos:

  • Adquirir electrodomésticos con una eficiencia energética A, B o C. Desechar los G, F y E.
  • Disponer de lámparas, bombillas y televisores de LED.
  • Apagar completamente el televisor y no dejarlo en reposo o “standby”.
  • Desenchufar de la luz todo aparato que no esté siendo utilizado.

Ahorro de electricidad con el agua y la calefacción:

  • El gas natural es una energía más económica, por ello, siempre que sea posible, es mejor utilizar la caldera y la calefacción con ella. 

Regular el consumo cambiando de tarifa eléctrica:

  • Buscar una mejor tarifa eléctrica comparando las diferentes ofertas de las comercializadoras de la zona donde se resida.
  • Contratar la tarifa de luz que se más económica y mejor para el usuario.

Regular el consumo cambiando la discriminación horaria:

  • La opción de discriminación horaria es más recomendable cuando se realiza un consumo mucho más controlado y específico en una zona o franja horaria concreta.
  • Si se consume el 30% de la luz por la noche.

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