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En Atlas Energía defendemos la transparencia como un valor irrenunciable dentro del principio de Fair Play que debe regir la colaboración empresarial. Por eso, creemos necesario explicar la nueva etiqueta energética: qué es, qué cambios tiene con respecto a la antigua etiqueta, por qué ha surgido una nueva, cuándo llegará, qué beneficios supondrá, etc. Y es que su implantación conlleva una mayor claridad en la información del consumo de los electrodomésticos y, por lo tanto, una posibilidad de ahorro energético y en la factura de la luz fundamental no sólo para particulares, sino sobre todo, para las empresas que están en nuestro ADN como comercializadora eléctrica para profesionales. Esas dos premisas, transparencia en la información y facilidad en el ahorro para nuestros clientes, son, como sabéis, principios fundamentales para consolidarse como un partner estratégico de las empresas.
Etiqueta energética: qué es y para qué sirve
No todos los electrodomésticos consumen lo mismo, pero hasta 1995 no existía un procedimiento para que los usuarios pudieran diferenciar los más eficientes de los más derrochadores. Es en ese año, y para paliar esa deficiencia, cuando aparece la etiqueta energética, todavía vigente hoy en día, que establecía un sistema de letras (de la A a la D) asociadas a colores (una escala del verde al rojo, respectivamente). La A, que era la categoría que encuadraba a los electrodomésticos que más ahorro suponían, se dividía a su vez en A+ / A++ / A+++ y A.
La nueva etiqueta energética: razones de su aparición y novedades
Este sistema, efectivo en un principio, tiene el principal defecto de las cuatro subdivisiones que sufre la categoría A. Sólo por llevar esa letra, el consumidor cree que está ante un electrodoméstico muy eficiente cuando la realidad es que si lleva la A a secas nos encontramos a mitad de la tabla de derroche. Es, en otras palabras, un sistema confuso y para muchos usuarios puede resultar incluso engañoso.
Por esta y otras razones que veremos más adelante, el Parlamento Europeo, en la sesión de 13 de junio de 2017, aprobó la nueva etiqueta que elimina las clases A+, A++ y A+++ y establece las categorías desde la A hasta la G, conservando la escala cromática del verde al rojo. Su intención al hacer la etiqueta más sencilla es simplificar la información al consumidor, facilitando la elección de productos más eficientes y la reducción del gasto eléctrico.
Para incidir en la claridad informativa, la norma establece que se deberá crear una base de datos accesible al público por Internet donde se especifiquen más detalles del producto y sirva para poder comparar unos ítems con otros, lo que supondrá una gran ayuda en la decisión de compra.
Otra novedad en la que se hace especial hincapié es que las etiquetas deberán ser originales, en color y estar adheridas al aparato en una zona visible. Antes abundaban las etiquetas fotocopiadas, colocadas en la parte trasera, sin pegar, ocultas…
Cuándo será obligatoria la nueva etiqueta energética
La nueva etiqueta energética, según la normativa europea, deberá empezarse a utilizar a finales del año 2019. Sin embargo, en la práctica, pasarán muchos años antes de que todos los electrodomésticos la lleven. Por ejemplo, para los televisores, frigoríficos, lavadoras, lavavajillas y lámparas se introducirán progresivamente a partir de 2020, mientras que hornos, unidades de ventilación, aires acondicionados, aspiradoras o secadoras –algunos de los electrodomésticos que más se usan en las empresas- la incorporarán entre 2021 y 2025. En el caso de la calefacción, no sería hasta 2030 cuando se aplicase, y eso sin contar con que todavía hay que estudiar su puesta en marcha en productos como máquinas expendedoras u ordenadores. Lo que es evidente es que las dos etiquetas coexistirán al menos durante una década y eso puede provocar confusión en los consumidores, que es lo que precisamente se quería evitar con esta nueva ley europea.
El ahorro de los electrodomésticos según su eficiencia
Pero ¿tanto ahorran los aparatos de categoría A? ¿Mejorará ese ahorro con la nueva etiqueta energética? Si atendemos a los datos que nos proporcionan las autoridades europeas, las previsiones son que, gracias a la renovación del sistema actual, cada consumidor podría ahorrarse de media unos 490 euros al año, lo que supondría evitarse la nada despreciable cifra de 200.000 millones de kilovatios / hora, equivalente al consumo de los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) en un año.
Ya con el antiguo modelo de etiquetado, el ahorro era muy significativo. Por ejemplo, se calcula (y son datos de la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos) que un frigorífico de 10 años categoría A+++ ahorraría 49,12 euros y 272 kWh al año, o un congelador también de 10 años, 88,16 euros y 489,78 kWh al año.
En definitiva, la nueva etiqueta nos empodera como consumidores a que escojamos los electrodomésticos más eficientes, lo que traerá aún más ahorro energético y reducirá la factura de la luz para el consumidor, además de ahondar en la transparencia y la claridad en la información al usuario, valores que en Atlas Energía compartimos y reivindicamos en nuestra relación con las empresas.
En el próximo artículo, reflexionaremos sobre cómo controlar el gasto de luz en las empresas. Hasta entonces, no dude en contactar con nosotros.