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En Atlas Energía creemos que las cosas pueden ser mucho más sencillas de lo que parecen. Como comercializadora eléctrica para empresas con más de cien años en el sector, hace mucho tiempo que apostamos por afinar nuestro enfoque y proporcionar a nuestros clientes toda la información y los servicios que necesitan de la manera más rápida y eficiente. En el fondo de esta actitud está la conciencia de creer y aplicar unos valores en los que el juego limpio son nuestra bandera.
Como ya hemos apuntado en este blog, nos sentimos muy identificados con el deporte, actividad que apoyamos y con la que colaboramos en diversas iniciativas. Como expresión humana que anima al compañerismo y la sana competitividad, el deporte es todo un ejemplo para nosotros, un referente que inspira nuestra forma de trabajar día a día y de encarar nuestros proyectos de futuro. Porque creemos que en las empresas es posible hablar de fair play, hoy nos hemos preguntado qué significa llevar al mundo de una compañía los valores del juego limpio. Acompáñanos en nuestra reflexión sobre la sana deportividad.
Transparencia en la comunicación
En ocasiones nos encontramos sectores que piensan que es bueno limitar o controlar la información que llega a los clientes. Esta práctica parte de la base de que es mejor un cliente que pregunte poco, y olvida que la desinformación genera desconfianza hacia la gestión. Cuando se trabaja de forma clara y eficiente, los clientes, proveedores y socios conocen las razones y los números que hay detrás de las decisiones empresariales adoptadas. No tienen miedo de trasladar la verdad de los datos porque se está seguro del buen hacer y del valor del trabajo realizado. Siguiendo esta premisa e intentando revertir una práctica instalada en el sector energético, en Atlas Energía hemos desarrollado la herramienta Atalaya, que permite a nuestros clientes monitorizar los recursos energéticos de su negocio y, así, optimizarlo y rentabilizarlo de una manera estratégica, y de forma permanente.
Hacer equipo dentro y fuera
Pareciera que el trabajo en equipo es el gran mantra del mundo de la gestión de recursos humanos pero trabajar en equipo no significa solo colaborar entre compañeros sino sentirse parte de un proyecto común. Significa dejar atrás individualidades, situaciones de competitividad más o menos legítimas, para sumarse a una ecuación en la que todos ganan. En nuestra comercializadora eléctrica esto no sólo se plasma en cómo trabajan las personas en el interior de la empresa sino que también es un valor fundamental en la relación con nuestros clientes y proveedores a los que acompañamos ayudándoles en una materia tan estratégica como el consumo de electricidad. Y es que si hacemos nuestros los triunfos de nuestros clientes y nos sentimos parte de su equipo, ¿Quién mejor para aconsejarles y acompañarles en la toma de decisiones correctas?
La honestidad como punto de partida
De nada sirve ser los mejores si no somos capaces de obtener la confianza del sector en el que nos movemos. Un posicionamiento transparente y honesto pasa no sólo por compartir toda la información, sin ocultar nada, sino por asumir que nuestro papel en el entorno en el que nos movemos ha de ser el de la responsabilidad total y absoluta. Las empresas honestas no son honradas únicamente en lo que a transacciones y servicios se refiere sino que hablan con claridad y sin ambigüedades, anteponen el bien común al propio y contribuyen devolviendo a la sociedad aquello que les da. Esto les permite construir relaciones a largo plazo, anteponiendo el valor de este vínculo por encima de cualquier otra cosa.
Respeto propio y a los otros
La base del juego limpio sobre una cancha deportiva, así como el respeto en la empresa, se mueven en varias direcciones. Por un lado, en el cuidado hacia el propio equipo y hacia los procesos de trabajo mirando siempre hacia el compañerismo y la excelencia. Por otro lado, tiene que ver con cómo tratamos a nuestros competidores, si tendemos con ellos -en la medida de lo posible- lazos de cooperación que permitan que nuestro trabajo sea mejor y más transformador en el marco de la sociedad en la que se mueven las empresas. Y, finalmente, tiene que ver con la actitud hacia nuestros clientes y consumidores, con tratarles con el máximo cuidado y consideración partiendo de la base de que ellos son el motor de nuestra industria o proyecto.
En Atlas Energía hemos trabajado codo con codo durante años con nuestros clientes, escuchando atentamente sus necesidades y problemas. Sólo así hemos sido capaces de proporcionarles soluciones a la medida de cada uno de ellos, adaptándonos a sus retos con herramientas como Atalaya y poniendo a su alcance soluciones individualizadas en cada momento.
Raíces que dan alas para volar
En Atlas Energía pensamos que una empresa está perdida si olvida sus orígenes. No olvidamos de dónde venimos y quiénes somos y esto nos permite ser capaces de responder con profesionalidad y eficiencia a las necesidades de nuestro sector. Nos convertimos, y este es nuestro objetivo, en una opción confiable tanto para grandes como para pequeñas y medianas empresas. Mantener la proximidad significa tener la capacidad de no despegarse del día a día del sector, de monitorizar qué está pasando para saber cómo responder con nuestra experiencia y nuestros proyectos. Esta cercanía, debe impregnar a toda la organización, desde los cargos de gestión que trabajan e informan individualizadamente a nuestros clientes, a los departamentos de RRPP o a los proyectos de responsabilidad social corporativa.
Lealtad que no tiene precio
Vivimos en un mundo que parece regirse sólo por la idea de los beneficios inmediatos. Y es evidente que en la razón de ser de una empresa han de estar las ganancias y la productividad, pues sólo así las empresas pueden contribuir con sus productos y servicios a la sociedad. Pero en Atlas Energía hemos aprendido a lo largo de los años que nada puede igualar el valor de un cliente a largo plazo. Nos preciamos de establecer relaciones duraderas, y nuestros principios de transparencia y honestidad nos han permitido fidelizar a nuestros clientes haciéndonos aliados de ellos en la toma de decisiones estratégicas.